Rescatado de una vida empobrecida, enriquecido por el amor de Dios

Hace como dos años, me quedé sin trabajo y sin un lugar donde vivir. También fui rechazada por mi familia porque todo el dinero y los lujos que tenía habían desaparecido. Mi hijo y yo acabamos viviendo en un pueblo con una familia en la que sólo había una persona empleada como trabajadora doméstica en un pueblo cercano. Esta persona ganaba sólo 70 dólares al mes para alimentar a siete personas. Nuestras condiciones de vida eran muy distintas a las que estábamos acostumbrados.

No tenía dinero para pagar la escuela de mi hijo ni para comprarle comida. Sólo podía ver cómo luchaba por acostumbrarse a nuestras nuevas condiciones y comía alimentos que a veces sacaba de los cubos de basura. No teníamos dinero para comprar artículos básicos de aseo. Incluso teníamos que dormir en una habitación en la que por la noche se oían ruidos extraños a través del techo, lo que hacía que mi hijo tuviera frecuentes pesadillas.

Durante ese periodo, me alejé por completo de mis amigos y de cualquiera que sintiera lástima por mí. Realmente creía que el Señor tenía el control total de mi vida y que las cosas estaban cambiando. A pesar de todo, opté por poner toda mi fe en Dios, sabiendo que Él restauraría y cambiaría mi vida. Sabía que Dios me amaba y que le dolía verme pasar por todo esto. También sabía que Él cumpliría lo que había prometido en Su Palabra.

La Biblia y el libro del pastor Joseph Prince, Destinado a reinar, se convirtieron en mis mejores amigos. Devoré el libro y la Biblia, optando por centrarme en las muchas bendiciones de las que ya disfrutaba, como una vista perfecta, salud, alegría, paz, tener a Jesús en mi vida y vivir en un país donde era libre de ser cristiana.

Un año después, el Señor me bendijo con un buen trabajo, un coche, una casa y un hombre maravilloso con el que me casaré a finales de este año. Ahora mi hijo duerme en paz. Sobre todo, mi conocimiento de nuestro Señor Jesús ha crecido. Veo al pastor Prince en Trinity Broadcasting Network, compro sus recursos y escucho sus sermones en el coche y en la oficina. Mi prometido también está locamente enamorado de Jesús. Estamos entregados a Él y al evangelio de la gracia, compartiéndolo dondequiera que vamos.

Gracias, Pastor Prince, por revelar la belleza de nuestro Señor Jesús de una manera tan simple pero poderosa. Gracias por hacer que nos enamoremos de Jesús. Lo amamos y apreciamos mucho. Oramos para que el Señor continúe bendiciendo el verdadero evangelio hasta los confines de la tierra. Paz y bendiciones para ti, Wendy y los niños.

Anonimato | Sudáfrica