El matrimonio y la familia en un lugar mejor después de conocer a Jesús

Al crecer, sólo quería ser una buena persona que hiciera lo correcto y evitará hacer cosas malas. Me casé y tuve dos hijos. Pero mi marido y yo teníamos peleas frecuentes, lo que me llevó a plantearme el divorcio muchas veces. El futuro parecía sombrío y yo luchaba contra el miedo y la ansiedad, sin saber cómo podría pagar las deudas de la casa o cómo podría permitirme que mis hijos fueran a la universidad. Como resultado, luché con muy mal genio, estrés y pensamientos depresivos.

El punto de inflexión llegó cuando mi hijo menor empezó a volver a casa después de asistir al servicio en la Iglesia de la Nueva Creación [en Singapur]. Aunque entonces yo no era creyente, le preguntaba cómo le había ido en la iglesia y él me contaba con entusiasmo lo que su pastor le había dicho. Pensé: “¡Vaya, lo que dice este pastor es tan cierto!” Le pregunté quién era su pastor y me enseñó uno de los vídeos del pastor Prince en YouTube.

Unas semanas más tarde, mi hijo me preguntó si me gustaría asistir con él a un servicio, a lo que le dije: “¡Claro!”. Normalmente, me daría miedo asistir a eventos con mucha gente, pero de alguna manera, sentí paz para ir. En el culto, me sentí muy querida y experimenté una paz y una alegría que nunca antes había sentido. Aunque no entendía bien el inglés, le pedí al Señor que me diera la sabiduría para entender lo que el pastor Prince estaba diciendo, ¡y lo hizo! Después de ese servicio, mi hijo y yo hablamos sobre lo que nos habló durante el sermón y sobre la bondad del Señor.

Un día, mi hijo me pasó su iPad y me animó a escuchar los sermones del pastor Prince durante mi tiempo libre. Empecé a escuchar sus sermones mientras hacía las tareas domésticas, a veces escuchando el mismo sermón varias veces. Cada vez que escuchaba, algo diferente en el sermón me hablaba. Mi hijo también estudiaba la Biblia conmigo y me explicaba cosas sobre las que luego predicaba el pastor Prince. Gracias a esto, pude entender y seguir mejor las enseñanzas del pastor Prince.

Un día, escuché al Pastor Prince compartir acerca de cómo su hijo Justin meditaba en el Salmo 23. Un deseo surgió dentro de mí de memorizar el Salmo 23, así que le pedí al Señor la sabiduría para hacerlo. En mis temporadas de valle, este salmo, junto con muchas otras Escrituras que guardé en mi corazón, me han ayudado a salir adelante.

Ahora mi familia se encuentra en una situación mucho mejor, y estoy aprendiendo a entregar mis preocupaciones al Señor mientras pongo mi matrimonio en Sus manos. Mi futuro es brillante, ¡y espero con ansias el regreso del Señor!

Gracias, pastor Prince. Mi vida no sería la misma si no fuera por su ministerio y su valiente predicación del evangelio de la gracia. Ahora conozco a Jesús y tengo una relación con Él gracias a su predicación. Toda la gloria, honor y poder al nombre sobre todo nombre: ¡Jesús!

Anónimo  |  Singapur