Ver el amor del Padre y Su provisión para hijas

Me gustaría compartir dos testimonios relacionados con mis dos hijas.

El primero es en relación a mi hija de veinte años, Génesis. Después de un año de buscar la voluntad de nuestro Padre con respecto a lo que ella debería hacer después de graduarse de la escuela secundaria, todos tuvimos paz con su ingreso a la Fuerza Aérea. Nuestro Padre me recordó que ella ya había sido dedicada a Él cuando era un bebé y porque ahora es Su hija, Él la está cuidando. Sabiendo esto, pude dejarla ir en paz y con alegría. Ahora le va bien y ha estado ahorrando para comprarse un coche.

Un día me dijo que había encontrado una buena oferta para un coche en otro estado. Esto no me gustó nada, ya que tendría que conducir durante ocho horas sola, en otro estado, ¡siendo una conductora novel! Le expresé mi preocupación, pero no utilicé mi patria potestad para imponer mi voluntad. Me dijo que tendría en cuenta mis preocupaciones.

Por supuesto, después de la conversación, corrí a Dios con mis preocupaciones y Él me recordó Su promesa. También recordé al pastor Prince diciendo que Dios le mostró cómo el enemigo trataría de usar su amor por su hija como un arma contra ambos. Así que decidí adoptar la postura del pastor y reclamar la promesa de nuestro Padre. Le dije: “Padre, ella está en Tus manos. Dijiste que la tienes y me atengo a ello. Ella está en Tus manos y ese es el lugar más seguro y mejor para ella en todo el mundo. Recibo Tu paz”. Descansé en eso y puse el asunto a descansar.

Mi hija me llamó a primera hora de la mañana siguiente para decirme que había decidido no comprar el coche ni hacer ese tipo de viaje. También había decidido ahorrar más dinero para poder mantener su libertad financiera antes de comprar un coche. Y mientras ahorraba, ¡haría más investigaciones! ¡Alabado sea Dios! ¡Él sí que es fiel!

El segundo testimonio es sobre mi hija de once años, Faith. Todos los años, íbamos a un evento navideño exclusivo que se agota rápidamente. El año pasado, ella tenía muchas ganas de ir y le dijo a su padre que eso sería lo principal que quería para Navidad.

Mi marido la quiere mucho, así que cuando se olvidó de comprar las entradas y se agotaron, créanme si les digo que se quedó destrozado. Oramos al respecto y sabíamos que nuestro Padre nos bendeciría con una manera de seguir asistiendo o nos guiaría a un nuevo evento familiar para disfrutar. Mi marido siguió intentando conseguir entradas, pero el responsable del evento nos dijo que había una larga lista de espera. Aunque nos consiguieran asientos, sería imposible sentarnos los tres juntos. No obstante, mi marido siguió intentándolo.

Por esa misma época, Faith también recibió dinero como recompensa de su padre por haber sacado excelentes notas en la escuela. Aproveché esta oportunidad para enseñarle sobre el diezmo personal, basándome en el ejemplo de Abraham y Melquisedec. Después de recibir esta enseñanza, ella preparó su diezmo desde una posición de amor, fe, aprecio y expectativa, y lo devolvió al Señor en la iglesia.

Más tarde, esa misma semana, el responsable del evento nos dijo que, mientras revisaba una vez más la venta de entradas, había conseguido encontrar asientos para tres de nosotros, juntos. Y no sólo eso, los asientos eran los mejores de la casa, justo al lado de la chimenea. ¡Bendito sea Dios! Eran los mismos asientos que teníamos el año pasado, y entonces dijimos que esperábamos volver a tenerlos al año siguiente. Sólo nuestro Padre celestial habría sido capaz de hacer que esto sucediera. Le alabamos.

Mi marido y yo sabemos que nuestro Padre ama a nuestros hijos, pero verle tan involucrado en los pequeños detalles de sus vidas en las diferentes etapas de sus vidas es un alivio para mí como madre. Puedo descansar aún más porque le he visto personalmente ocuparse de las pequeñas cosas de sus vidas mejor de lo que yo puedo hacerlo. Sólo un padre que está enamorado de su hijo profundizará tanto en los detalles, la orientación y el cuidado. Confío plenamente en Él con mis hijos. Amén.