Hijo sobresaliente en su peor asignatura

Durante bastante tiempo, había dejado de leer el libro Favor inmerecido. Pero recientemente, retomé el libro. Continué desde donde lo dejé y resultó ser donde el Pastor Prince escribió acerca de cómo David derrotó a Goliat.

En aquel momento, estaba ayudando a mi hijo a preparar sus exámenes y aquel capítulo fue como si Dios me hablara. A mi hijo la materia de Matemáticas le resultaba la más difícil y no parecía irle bien. No hace falta decir que tenía la menor confianza en su trabajo de Matemáticas que debia entregar en dos dias.

Después de leer el capítulo, sentí que mi hijo era como David y su papel de matemáticas, su “Goliat”. Creía que si mi hijo declaraba que los ejércitos del Señor estaban con él, podría vencer a su “Goliat”.

Aquella noche estaba emocionada. Sentí que Dios me decía que éste sería un punto de inflexión para mi hijo. No había vuelta atrás y él experimentaría un mayor éxito en los días venideros.

Al día siguiente, me levanté temprano y leí el devocional diario del pastor Prince. El devocional de ese día era otro relato de David derrotando a Goliat. Inmediatamente supe que no era una coincidencia. Creía que Dios estaba con mi hijo y que, por lo tanto, le iría bien en su trabajo.

La noche antes del examen de mi hijo, compartí con él el devocional que había leído y le dije que no tuviera miedo. También le animé a invocar a Dios si tenía problemas para resolver las preguntas.

Después del examen del día siguiente, mi hijo no me dijo cómo se sentía. Pero me dijo que sí había pedido ayuda a Dios cuando se quedó atascado durante el examen.

Cuando salieron los resultados, de las cuatro asignaturas, mi hijo sacó la nota más alta en Matemáticas, su “Goliat”. ¡Gloria a Jesús!

Mi hijo no se lo esperaba en absoluto. Nuestro Señor Jesús es realmente bueno; hizo que la peor materia de mi hijo se convirtiera en su mejor.

Ahora, no escucho a mi hijo decir que no es bueno o que es pésimo en Matemáticas. De hecho, según él, todas las preguntas en las que pidió ayuda a Dios, resultaron ser correctas. De hecho, nuestro Señor Jesús está a un grito de distancia y como Jesús es, así es mi hijo. Con Dios con mi hijo, él es de hecho un muchacho exitoso.

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