Escuchar y escuchar para salir de relaciones familiares tensas

Descubrí su ministerio en abril de 2009. Mi padre había fallecido hacía apenas dos semanas y fue un momento muy triste para nosotros. Mi marido y yo nos quedamos temporalmente en casa de mi madre para hacerle compañía. De hecho, fue mi madre quien me recomendó su programa.

Aunque había sido cristiana desde niña, rápidamente me di cuenta de que estaba escuchando cosas que nunca había oído antes, a pesar de que había pasado años aprendiendo de hombres y mujeres de Dios. Era emocionante y no me cansaba de escucharlo. Me ayudó en un momento muy triste, ya que soy hija única y mi padre y yo estábamos muy unidos. Afortunadamente, él era creyente y sé que está en el cielo.

Para mi sorpresa, después de ese periodo inicial de duelo, las cosas fueron de mal en peor, ya que mi madre, que es creyente, se enfadó mucho y se amargó con Dios y con todo el mundo. Las cosas se pusieron muy difíciles y después de unos meses nuestra relación se volvió muy tensa. Esto nunca había sucedido antes, ya que nuestra familia siempre había sido cálida y unida.

Después de la universidad, mi hijo volvió a casa y se fue a vivir con mi madre esperando ser un consuelo y una compañía para ella. A las pocas semanas, las cosas se pusieron muy tensas entre ellos y esto causó tensiones entre nosotros, ya que él pensaba que deberíamos haber hecho más para que ella fuera amable. Todo esto fue chocante para mí y sólo los mensajes del pastor Prince evitaron que me consumiera la culpa por mis sentimientos hacia mi madre y mi decepción por mis respuestas hacia ella y las de mi hijo.

Poco después mi hija empezó su primer año en la universidad y se vio asolada por una depresión que le llevó a unos resultados decepcionantes con sus estudios. Para empeorar las cosas, mis padres y yo teníamos nuestras finanzas invertidas en un negocio familiar. Mi madre se ha vuelto muy reservada y parece estar tomando decisiones muy imprudentes y alarmantes. Sin embargo, es mi madre y me siento incómoda desafiándola u oponiéndome a ella en público. En definitiva, nuestra unida familia parecía estar deshaciéndose por completo. Todos mis esfuerzos por arreglar las cosas parecían empeorarlas. Incluso empecé a tener el temor infundado de que mi sana relación con mi marido pronto se deterioraría.

Durante todo esto, seguí ordenando, descargando y escuchando los mensajes del Pastor Prince. Me mantuvieron alejada de la desesperación y seguí aprendiendo y aprendiendo. Aprendí cuánto me ama mi Papá celestial. Aprendí sobre mi hermano mayor, Jesús, y Su corazón por mí. Aprendí a pedir sabiduría y discernimiento. Aprendí a tomar Santa Cena y aprendí que las cosas podían mejorar de treinta veces a sesenta veces y a cien veces. Quise saltar de alegría cuando yo lo oí enseñar que Dios pone en nosotros tanto el deseo como el rendimiento para hacer las cosas.

Las cosas empezaron a mejorar de verdad con mis hijos cuando empecé a orar esto en lugar de intentar aconsejarles con tacto. Es mucho más fácil dejar que Dios les enseñe. Estoy tan feliz de ser sólo un miembro del reparto y confiar en que mi Jesús haga el verdadero trabajo. Me llevaría muchas páginas hablar de todas las cosas que he aprendido y estoy aprendiendo. Las cosas realmente empezaron a mejorar cuando aprendí a invitar activa y verbalmente a Jesús a guiar mi día y a recibir Su justicia y favor. Aprendí a pedir bendiciones y que Él bendijera a mis hijos. Mi hija está aprendiendo a ser una buena estudiante y a reconocer los ataques de Satanás. Mi hijo y yo hemos regresado a la relación cálida y fácil que siempre hemos tenido.

Esta semana pasada, estaba orando por sabiduría sobre cómo lidiar con mi madre, cuando me sentí impresionada de sacar la serie de DVD titulada, El Poder de la Cruz, y escuchar el tercer CD, Un Estudio Visual de las Tablas de Oro del Tabernáculo. El Pastor Prince se metió en un “camino de conejo” y parecía que me estaba hablando directamente sobre cómo tratar a mi madre con amabilidad y lidiar personalmente con el abuso verbal y emocional sin sentirme tan herida que quisiera salir corriendo.

Mi punto principal es que sus mensajes, Pastor Prince, han hecho de los dos últimos años más difíciles de mi vida, los dos años en los que más he podido entrar en el inmerecido favor de Dios. Le agradezco a usted y a todos en la Iglesia Nueva Creación y en los Ministerios Joseph Prince desde el fondo de mi corazón. Aunque vivo en la pequeña isla de las Bermudas -un punto aún más pequeño que Singapur-, Dios me envió su voz para enseñarme más sobre Jesús. Estoy más fuerte, más feliz y más cimentada en la Palabra que nunca. Además, les digo a todos los que quieran escuchar que sintonicen su programa y sus podcasts.