El pastor ve cómo se rompen las ataduras en la iglesia tras abrazar la gracia

Soy pastor de una de las iglesias aquí en Nigeria. Desde mi salvación, siempre me he rebelado inconscientemente contra las enseñanzas legalistas. Siempre he tenido la sensación en mi espíritu de que Dios no es el dictador severo e intolerable que algunos hacen pasar por Él, porque he experimentado el amor y la misericordia de Dios incluso en los momentos en los que he fracasado estrepitosamente.

Estas enseñanzas traían tal condena que, a veces, me abrumaba la culpa y me derrumbaba, llorando sin cesar en busca de perdón. Leía el Nuevo Testamento con la lente del Antiguo Testamento y lo único que veía era la dureza de Dios.

Un día, mientras estaba en Internet, escribí en la barra de búsqueda las palabras “bendiciones incondicionales” y me topé con algunas de sus enseñanzas. Devoré con avidez las palabras y empecé a buscar sus libros.

La gracia de Dios en su vida ha sido una tremenda bendición e influencia para mí. Ahora disfruto de una profunda intimidad con el Señor, llevo esta ineludible paz interior y exterior, y mi predicación ha estado transformando vidas al ser inspirado por el precioso Espíritu Santo para hablar de la gracia de Dios a través de Cristo.

En mi congregación, hemos visto la drogadicción y la inmoralidad sexual destruidas sin esfuerzo dentro del coro de la iglesia por la pura Palabra de gracia. Soy odiado por muchos otros pastores debido a este mensaje, que yo llamo cariñosamente, GRACIA-EL EVANGELIO ESCANDALOSO.

No importa lo que digan, no pueden negar la evidencia de la gracia de Dios. Vuestro ministerio ha cambiado mi vida, ha devuelto el amor y la paz a mi hogar y ha dado a mi hijo mayor, Joshua, una razón para amar más profundamente al Señor.

Muchas gracias por dar un paso adelante en la fe para obedecer esta dirección de nuestro querido Señor Jesús. Si no tengo el privilegio de vernos cara a cara en esta tierra, ahora tengo la confianza de que un día en el cielo y en presencia de Jesús, podré mirarlos a los ojos y apreciarlos. Los quiero, Wendy, Jessica y la Iglesia Nueva Creación. Que la gracia permanezca con ustedes.