Las ventas mejoraron tras depender de la gracia de Dios

Cuando me incorporé al sector inmobiliario, me costó mucho cerrar tratos. Después de 4 meses, seguía sin tener ingresos. Las reuniones semanales de ventas eran tremendamente estresantes para mí y constantemente me sentía desesperada y sin esperanza.

Culpaba a Dios cada mañana al levantarme. Le decía que me rendiría pronto si no ocurría nada. Oraba, esperaba y tenía esperanzas, pero me decepcionaba una y otra vez. Este círculo vicioso continuó y poco a poco perdí toda esperanza de ser un vendedor de éxito.

A pesar de la insoportable espera, poco a poco aprendí a orar y a perseverar. Por la gracia de Dios, acepté mis defectos como vendedor. Empecé a estudiar más sobre el mercado y los aspectos en los que debía mejorar.

Envié peticiones de oración a Joseph Prince Ministries y esperé en Dios. Durante este tiempo, seguí trabajando, pero con un corazón más tranquilo. Dejé que Dios trabajara a través de mí, creyendo que Él me proveía de Su sabiduría y bendecía el trabajo de mis manos.

No sólo eso, dejé de trabajar con un sentido de desesperación. Creía que la batalla era Suya y que sería inútil que yo arrastrara al campo de batalla incluso una espada gigante con mis propias manos. Confié en Dios al cien por cien porque la victoria sólo podía venir de Él.

Poco después, ¡cerré el doble de tratos en dos semanas y superé el 50% de mi objetivo para ese mes!

La lección más grande que aprendí fue esta: Sólo Dios puede dar el éxito. No podemos ganar o forzar los avances por nuestra propia fuerza. En cambio, podemos trabajar con un corazón tranquilo y alegre, y ver el éxito porque Dios es fiel. Dios quiere que confiemos en Él de todo corazón y que no nos apoyemos en nuestro propio entendimiento.

Ahora hablo con Dios todas las mañanas antes de ir a trabajar. También leo cada hora los devocionales diarios del pastor Prince para encontrar la paz y centrarme en la gracia de Dios. Ayudan a que mis días transcurran con paz y eficiencia.

Gracias, pastor Prince, por su mensaje de la gracia de Dios. Mi vida ha cambiado radical y milagrosamente desde que le escuché predicar en 2013. También me gustaría dar las gracias a su equipo por orar por mí.

Josephine Nguyen  |  Vietnam