La justicia es un don

No puedes merecer las bendiciones de Dios a través de tus buenas obras. Todas Tus bendiciones, incluyendo las bendiciones de salud, provisión y éxito, ¡están envueltas en la persona de Jesús! Cuando tienes a Jesús, tienes el don de la justicia y la abundancia de la gracia completamente por Su favor inmerecido. No puedes ganártelos, trabajar por ellos o merecerlos. ¡Son regalos!

Jesús es tu justicia, santidad y redención. Eres justo, santo y redimido (y bendecido) no por tus buenas obras, sino porque has recibido la provisión de Dios de Su Hijo.

Y debido a que Jesús nunca puede fallar o ser removido del trono, ¡siempre lo tendrás a Él como tu justicia, santidad y redención! Te animo a meditar en esta poderosa verdad hoy. Te sacará del reino de la duda y el miedo y te pondrá en el reino de la fe y la esperanza. Te hará reinar sobre tus circunstancias.

Ahora, pon tu mano en tu corazón y di esto: “Jesús, porque te tengo a Ti, siempre seré justo por Tu preciosa sangre. Todas las bendiciones, provisión, favor y éxito que pertenecen a los justos son míos hoy y ¡los recibo por fe! ¡Amén y Amén!”