Esperanza que no defrauda (parte 3/3)

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Libérese de los pensamientos negativos y comience a desarrollar una expectativa confiada en la bondad de Dios hacia usted cada día. En esta serie de tres partes, el pastor Joseph Prince le muestra por qué puede seguir confiando en Dios para su avance. ¡Anímese al comenzar este viaje de experimentar el gran amor de Dios por usted!

MANTÉN LA ESPERANZA – SIGUE ESCUCHANDO

¿Cómo mantienes la esperanza mientras esperas pacientemente la manifestación de tu bendición? ¡Simplemente sigue escuchando acerca de la bondad y fidelidad del Señor!

Amado, mientras continúas esperando en el Señor por tu milagro, simplemente sigue escuchando mensajes que están llenos de Su amor y gracia hacia ti, y cuánto Él desea satisfacer tu necesidad.

Llénate de las promesas del nuevo pacto que se encuentran en Su Palabra y mantén tu enfoque en Su favor inmerecido.

Sepa que no se trata de lo que tu tienes que hacer, sino de lo que Él ha hecho en la cruz para asegurar su bendición. Escuchar constantemente acerca de la bondad y fidelidad de Dios fue lo que marcó la diferencia para Alice. Ella compartió:

Escuchaba tus mensajes una y otra vez mientras me animaban a centrarme en Cristo y en las promesas de Dios en lugar de en mis síntomas. En uno de los mensajes, le oí decir “Dios es fiel” varias veces seguidas. Cada vez que lo decías, sentía que la esperanza surgía en mi espíritu.

Mi cabeza me decía: “Han pasado tantos años. Ríndete y ahórrate esta tortura de esperar algo que nunca sucederá”. Pero cuando te oía decir “Dios es fiel” repetidamente con tanta autoridad, esas voces de mi cabeza palidecían a la luz de esa esperanza. Creo que el Espíritu Santo te guió para que lo dijeras en el número justo de veces para que me llegara a lo más profundo de mi espíritu!

¿Puedes ver cómo oír y escuchar acerca del amor y las promesas del Señor para ti imparte esperanza? Dios quiere que abundes en esperanza (ver Rom. 15:13). Y como en el caso de Alicia, escuchando constantemente las buenas nuevas acerca de Jesús es como abundas en esperanza, silencias las voces negativas y proteges tu mente. El apóstol Pablo dijo a los creyentes de Tesalónica que se vistieran, como casco, la esperanza de la salvación (ver 1 Tes. 5:8). La esperanza de que serás salvado de lo que sea que necesites que Dios te salve es la armadura espiritual que protege tu mente y te mantiene en marcha.

LA ESPERANZA BÍBLICA HABLA Y VE

¿De qué otra manera crece la esperanza bíblica en tu corazón? Pues, hablando palabras llenas de esperanza. Hebreos 10:23, RVA dice: “Mantengamos firme la profesión de nuestra fe sin fluctuar; que fiel es el que prometió”

Cuanto más tus palabras estén sazonadas con la esperanza bíblica basada en las firmes promesas y la fidelidad de Dios, más cerca estarás de la manifestación de tu bendición.

Cuando te despiertes por la mañana, en lugar de decir: “Oh hombre, va a ser un día espantoso”, recuérdate a ti mismo el amor del Señor por ti y di: “Señor Jesús, sé que este será un gran día simplemente porque Tú me amas. Tu amor perfecto me rodea y ahuyenta todo temor. Tu favor está sobre mí para abrirme puertas que son buenas para mí. Va a ser un hermoso día lleno de Tu bondad”.

Al mismo tiempo, aprende a desarrollar imágenes mentales positivas impulsadas por las promesas de Dios. Nuestra tendencia humana es imaginar los peores escenarios. Por eso, si estás enfermo y en cama, imagínate fuerte y lleno de vida, haciendo tu actividad favorita. Imagínate corriendo en el parque con tus hijos, o disfrutando de una buena comida con tus amigos. Diga: “Señor, porque tus llagas han comprado para mí la sanidad (Is. 53:5), ¡no puedo dejar de ser sanada!”. Si estás creyendo en Dios por un hijo, imagínate abrazando a ese bebé. Imagínate haciéndole muecas graciosas a tu paquete de alegría mientras le cambias los pañales. Dile al Señor: “Porque los niños son un regalo tuyo (ver Sal. 127:3), ¡daré a luz un campeón que será un deleite para mi alma y que hará cosas poderosas para tu reino!”

TODA UNA RAZÓN PARA LA ESPERANZA

Amigo mío, a diferencia de la gente del mundo, tú tienes todas las razones para tener esperanza incluso cuando las probabilidades están en tu contra, porque estás parado en terreno favorable.

Debido al sacrificio de Jesús por ti, ahora eres el hijo amado de Dios. Eres totalmente justificado, aceptado y calificado por la sangre de Jesús. Tú eres para siempre altamente favorecido en Cristo el Amado. Dios está de tu lado y está a favor de tu éxito en todos los aspectos de la vida.

Tú puedes ser como Abraham, quien “creyó en esperanza contra esperanza, a fin de llegar a ser padre de muchas naciones” (Rom. 4:18, NBLA). Abraham se enfrentó a una situación imposible. Imagínate: con un siglo de edad, su sistema reproductor estaba prácticamente muerto. Y su anciana esposa, Sara, era ahora doblemente estéril, puesto que ya lo era cuando era mucho más joven (véase Rom. 4:19). Imagínate también todos los chismes y bromas que la pareja tuvo que soportar, especialmente cuando Dios cambió el nombre de Abram a Abraham, que significa “Padre de muchas naciones”, ¡cuando ni siquiera tenían un solo hijo que mostrar!

Sin embargo, a pesar de todo, Abraham mantuvo la esperanza, sabiendo que su esperanza no estaba en su propia capacidad para engendrar un hijo, sino en su Dios digno de confianza e inmutable, cuyo amor y promesas nunca fallan.

¿El resultado? Dios les dio un hermoso bebé milagroso al que llamaron Isaac, y a través de Isaac, Abraham realmente “llegó a ser padre de muchas naciones” (Rom. 4:18).

Así que permíteme animarte a seguir esperando a pesar de las probabilidades, porque, como Abraham y Sara, tienes un Dios de imposibles que te ama, que no puede fallar. No importa lo que digan los informes ni lo que muestren las estadísticas. Cuando tienes una esperanza bíblica firmemente anclada en el amor de Dios, es sólo cuestión de tiempo que tu milagro se manifieste.

Me encanta cómo Alice concluyó su testimonio de recibir el bebé por el que creyó en Dios. Esto es lo que dijo:

Nuestro Dios no es un Dios de probabilidades estadísticas. Él es una esperanza segura y con Él, todas las cosas son posibles. Tuve dos médicos diferentes durante mi embarazo. Ambos me preguntaron con asombro cómo había concebido después de revisar mi historial y mis intentos fallidos con tratamientos de fertilidad. Yo sólo respondí: “¡Por la gracia de Dios!”.

Dios es justo al cumplir cada promesa porque Jesús nos ha hecho elegibles al cien por cien, ¡y no nos pide que le pongamos excusas! Más bien, nos pide que lo mantengamos firme en su promesa como lo hizo Abraham, creyendo que “lo que había prometido, era capaz también de cumplirlo.” Debemos saber que toda buena promesa en la Palabra de Dios fue escrita para nosotros.

Me encanta: Dios no es un Dios de probabilidades estadísticas, sino una esperanza segura con la que todo es posible. Amado, ¡este es tu Dios! Por eso puedes esperar contra toda esperanza y que esa esperanza no te decepcione. Por eso puedes vivir la vida con la expectativa confiada y alegre de que te sucederán cosas buenas, ¡porque el Señor te ama!

Este artículo fue escrito originalmente en inglés por el pastor Joseph Prince.